El apóstol Juan nos dice en su evangelio que “la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo” (Juan 1:9). Él hablaba de Jesús, el Verbo de Dios hecho hombre, la Palabra de Dios en persona, el Mesías tan esperado por Israel. Pero su pueblo no lo recibió porque no reconocieron al Espíritu de Dios que habitaba en Jesús. Ellos ignoraban que la Palabra de Dios y el Espíritu de Dios siempre obran juntos y que son inseparables. Ellos resistían la Palabra de Jesucristo y al mismo Espíritu Santo quien hablaba por medio de Él y quien alumbraba sus conciencias mostrándoles la realidad de sus vidas y los secretos de sus corazones.

Cuando alguien se acerca a la Biblia se acerca a Jesús, aquella luz verdadera, y todo lo que sea contrario a la luz, en su vida personal, quedará expuesto por la Verdad de la Palabra. ¿Qué decisión tomará? ¿Se volverá al camino que le muestra la luz de la Palabra por el poder del Espíritu?  Juan mismo nos dice que “la luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no prevalecieron contra ella” (Juan 1:5). Todos tenemos que tomar una decisión: vivir en la luz, bajo la autoridad de la Palabra de Dios, o permanecer en las tinieblas.

Es imposible acercarse a la Palabra de Dios y entender la Palabra si no se quiere ser afectado por su luz, iluminado y transformado por su luz. Si en la noche oscura no se enciende una lámpara no podrán verse con claridad todas las cosas. Es solo la persona que desea y busca entendimiento quien verdaderamente lo obtendrá. Solo quien desea realmente conocer a Jesús, la Palabra Eterna, quien abraza su amor y se arrepiente de su rebelión, es quien podrá entenderlo y recibir la luz de la vida en su corazón. Hacer esto es abrirse al Espíritu de Dios y comenzar la más maravillosa experiencia de vida. Una vida nueva, una vida de arriba, no de la tierra, gobernada por la Palabra y llenada continuamente por el Espíritu. Esto es lo que expresó el Señor Jesús cuando dijo: “El Espíritu es el que da vida, la carne (la vieja naturaleza humana, independiente de Dios) para nada aprovecha. Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida” (Juan 6:63).

EL MEJOR CONSEJO PARA HOY: Abre tu Biblia y entra en ella con confianza. Pero primero, habla con tu Maestro el Espíritu Santo y pídele que te enseñe la Palabra tal como es, que te muestre a Jesús tal como es y te alumbre con su gloria. Jesús prometió que su Espíritu lo haría: “El los guiará a toda la verdad… Él me glorificará, porque tomará de lo mío y se los hará saber” (Juan 16:13-14).

Con amor en Cristo,

Pastor Daniel Marín Ocampo